De obligada lectura antes de proseguir el viaje

Los textos que encontrarás aquí son retazos desvaídos de la obra de Unois, una mente enferma. Muchos fueron extraídos bit a bit de un disco duro arrasado por los virus, que le fue legado al guardián del "Argos".

Inconexos, incompletos, sin sentido, pero con toda la fuerza de la inconsciencia.

No nos hacemos responsables de las posibles secuelas tras la lectura de estos "Sueños del Argonauta". A partir de aquí, tú decides. Es lo que tiene el libre albedrío.

La búsqueda sagrada

Uno de los grandes placeres del uso y disfrute del Jardín de la Anfitriona es la práctica de la astronomía urbana. Cada jornada en compañía del Newton de ocho pulgadas es un viaje en el tiempo y el espacio.

La Astronomía es una religión ancestral que nos acompaña desde Babilonia. Ya los egipcios honraban al dios Ra, cuyo símbolo astronómico es la estrella Sirio, de la constelación del Can Mayor. Sirio es blanca, con una magnitud de -1,42, lo que la convierte en la segunda estrella más brillante del cielo.

Los faraones veneraban a Ra por la aparición de su alma en el cielo. Cuando Sotis asomaba por el horizonte los egipcios emigraban de las orillas del Nilo. El maná les sería dado un año más …

La Astronomía no ha cambiado mucho en los últimos milenios. La única diferencia reside en la técnica. Los magos, los científicos siguen buscando a Dios.

Los aficionados a pasar las noches en vela mirando al cielo, los verdaderos voyeur, no tenemos más obsesión y disfrute que ver más allá, de contemplar maravillas tal y como eran hace millones de años, saltar en el tiempo a voluntad. Con milimétrica precisión, nuestros ojos viajan desde los ocho años luz a los quince mil en segundos.

Para practicar saltos no es necesario ningún utensilio. Lo único realmente necesario es abrigarse bien y salir al campo o la montaña en una noche de verano despejada. Por el cielo se paseará la Galaxia de Andrómeda. Este salto os llevará a hace dos millones y medio de años luz.

Con los medios y las técnicas a nuestro alcance somos capaces de ver hasta hace más de catorce mil millones de años luz. Los magos de hoy se siguen preguntando que hay más allá. Hasta donde tendrán que perseguir a Dios.

Un mago siempre negará esta sumisión, es uno de los tabú, el octavo mandamiento, “no tomarás el nombre de Dios en vano”…

Siguen perdidos en este universo desconocido que apareció tras el Milagro del Inicio, tras el Big Bang. El comienzo de todo.

A modo de biógrafos divinos, los astrónomos quieren conocer al Dios Creador, al que nos dio la vida.

Conocemos la película de los hechos. Desde el Big Bang hace quince mil millones de años hasta hoy. Pero no sabemos que había antes. Cualquier mago daría su vida por saber que ocurrió en los cinco minutos anteriores a la Creación, al inicio, al Big Bang.

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba sin orden y vacía. Había tinieblas sobre la faz del océano, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.

¿Os imagináis?
Poder hablar con Dios.
Con el Dios verdadero, el único que los ojos del científico no pueden explicar …

De la colección "La Ciencia Incomprendida" - Unois


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