Mi natural aversión a las matemáticas me hizo interesarme por sus curiosidades. Una de las que me apasiona es la de los cuadrados mágicos, matrices de números que esconden mil y un secretos. Probablemente de ahí brote mi compulsión hacia los sudokus.
Quizá el cuadrado mágico más conocido en nuestro país sea el de Gaudí, representado junto al Beso de Judas en la fachada de la Sagrada Familia. Como podéis comprobar, es una matriz de 4x4 cuya particularidad reside en que cada grupo de cuatro números suma 33. Sin embargo, los cuadrados mágicos se remontan mucho antes. Ya en el Libro de las Mutaciones, los chinos hablaban de las particularidades escondidas en los cuadrados. Durero nos ilustró con un maravilloso y enigmático cuadrado en su obra Melencolia I
Hay otros muchos cuadrados mágicos, podéis comprobarlo aquí. Sin embargo, el Cuadrado Mágico Apocalíptico es mi preferido. Descubrí este cuadrado mágico mientras ojeaba una de las últimas adquisiciones de la biblioteca del Jardín de la Anfitriona. Se trataba de “El prodigio de los números", de Clifford A. Pickover. Mi parte racional cree que me atrae por que la carga simbólica que arrastra es demasiado fuerte como para ignorarla y, la verdad es que crecí con los Iron Maiden de fondo.
Todas las casillas contienen números primos, y la suma de cada columna, fila, diagonal y diagonal quebrada da por resultado 666 - the number of the beast
De la colección "Matemática y yo, dos desconocidos" - Unois
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