De obligada lectura antes de proseguir el viaje

Los textos que encontrarás aquí son retazos desvaídos de la obra de Unois, una mente enferma. Muchos fueron extraídos bit a bit de un disco duro arrasado por los virus, que le fue legado al guardián del "Argos".

Inconexos, incompletos, sin sentido, pero con toda la fuerza de la inconsciencia.

No nos hacemos responsables de las posibles secuelas tras la lectura de estos "Sueños del Argonauta". A partir de aquí, tú decides. Es lo que tiene el libre albedrío.

Los crímenes de Oxford

Los crímenes de Oxford es un telefilme sin mayores pretensiones. Está diseñada para el lucimiento del rostro de John Hurt y el cuerpo de Leonor Watling.

Es una de esas pelis en las que un asesino anda suelto y debemos descubrir quien es. Sin embargo, la trama es superficial, incluso chapucera, como si hubieran improvisado haciendo modificaciones de última hora al guión. Un guión que no es capaz de mantener la tensión emocional, lo que hace que te aburras por momentos. Todo gira en torno a la lógica aplicada a la búsqueda de la verdad, pero los planteamientos matemáticos son zafios y simplistas.

Por lo demás, es una peli correcta, en la que no destacan ni los aciertos ni los errores. Los actores están bien, con alguna sobreactuación, pero compatible con la acción. Cabe destacar la aparición de Dominique Pinon, en uno de los papeles más inverosímiles de la película.

Peli para disfrutar en casa con un buen puñado de palomitas.


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