Los crímenes de Oxford es un telefilme sin mayores pretensiones. Está diseñada para el lucimiento del rostro de John Hurt y el cuerpo de Leonor Watling.
Es una de esas pelis en las que un asesino anda suelto y debemos descubrir quien es. Sin embargo, la trama es superficial, incluso chapucera, como si hubieran improvisado haciendo modificaciones de última hora al guión. Un guión que no es capaz de mantener la tensión emocional, lo que hace que te aburras por momentos. Todo gira en torno a la lógica aplicada a la búsqueda de la verdad, pero los planteamientos matemáticos son zafios y simplistas.
Por lo demás, es una peli correcta, en la que no destacan ni los aciertos ni los errores. Los actores están bien, con alguna sobreactuación, pero compatible con la acción. Cabe destacar la aparición de Dominique Pinon, en uno de los papeles más inverosímiles de la película.
Peli para disfrutar en casa con un buen puñado de palomitas.
Es una de esas pelis en las que un asesino anda suelto y debemos descubrir quien es. Sin embargo, la trama es superficial, incluso chapucera, como si hubieran improvisado haciendo modificaciones de última hora al guión. Un guión que no es capaz de mantener la tensión emocional, lo que hace que te aburras por momentos. Todo gira en torno a la lógica aplicada a la búsqueda de la verdad, pero los planteamientos matemáticos son zafios y simplistas.
Por lo demás, es una peli correcta, en la que no destacan ni los aciertos ni los errores. Los actores están bien, con alguna sobreactuación, pero compatible con la acción. Cabe destacar la aparición de Dominique Pinon, en uno de los papeles más inverosímiles de la película.
Peli para disfrutar en casa con un buen puñado de palomitas.
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